Alégrense en el Señor
Conectados en el Espíritu: Parroquias vinculadas y asociadas
La planificación pastoral reconoce la necesidad de la Iglesia de adaptar sus estructuras al mundo cambiante.
Factores tales como cambios demográficos en la población católica, la densidad de parroquias concentradas en una región geográfica limitada, el historial de disminución de la participación en las misas y en actividades sacramentales, el aumento de los desafíos económicos que amenazan la sostenibilidad, la disminución de la cantidad de religiosos necesarios para dotar de personal a las parroquias y una inspección de las instalaciones, han influido en el plan pastoral de los cuatro deanatos de la zona metropolitana.
La misión de hoy en día y la viabilidad de la Iglesia Católica en el futuro requieren que nos replanteemos nuestras estructuras y que organicemos nuestros esfuerzos de nuevas formas.
El cambio nunca es fácil, pero para aquellos que se ven directamente afectados por el cierre de una parroquia, el resultado puede llegar a ser algo parecido a una muerte.
Tal como escribí la semana pasada, hace muchos años en Detroit mi madre y mi familia vivieron el cierre de la parroquia en la que crecimos. Sé por experiencia propia el dolor que esto ocasiona, pero también sé que la esperanza y la sanación son elementos fundamentales de nuestra experiencia como cristianos. Mi plegaria para la Iglesia del centro y del sur de Indiana es que podamos apoyar y ayudarnos mutuamente mientras atravesamos los cambios difíciles que nos presenta el mundo cambiante.
La semana pasada escribí sobre las “parroquias fusionadas.” Este término describe una nueva configuración en la que una parroquia existente se une por completo a otra. En ese caso, la identidad independiente de una de las parroquias cesa con la fusión, y sus integrantes y bienes se incorporan a otra parroquia. Este es el cambio más drástico y doloroso que se nos puede pedir como comunidad arquidiocesana, pero el proceso de planificación pastoral denominado Conectados en el Espíritu exigirá que cada parroquia se adapte a las circunstancias de cambio de nuestros tiempos y de las regiones en las que se encuentran ubicadas.
Las “parroquias vinculadas” ocurren cuando dos parroquias comparten un mismo líder pastoral. Estas parroquias cooperan de todas las formas posibles ya que el pastor o el administrador se esfuerza por servir a dos parroquias distintas. Esta vinculación crea una exigencia especial para los sacerdotes quienes deben asumir el liderazgo pastoral de más de una parroquia a la vez.
Al igual que el Buen Pastor, estos sacerdotes o pastores tienen la obligación de “conocer su rebaño,” familiarizarse con las personas y las características especiales de las comunidades a las que sirven. Cada parroquia es única y el pastor que lidera a más de una parroquia debe conocer, amar y servir a cada una de las comunidades parroquiales que le han sido asignadas.
Todos los pastores deben tener cuidado de no “fundirse” o quedar extenuados. Una espiritualidad sana y una vida de oración, relaciones estrechas con familiares y amigos y una disciplina constante para sacar tiempo libre para descansar y relajarse son aspectos esenciales. Los pastores responsables de más de una parroquia deben estar todavía más atentos a su bienestar espiritual y físico. Podemos ayudarlos al evitar formular exigencias que se aparten de la realidad y apoyar sus esfuerzos por compartir responsabilidades con el personal parroquial y los líderes laicos.
Las parroquias asociadas se crean mediante la implementación de programas conjuntos, el reparto adecuado de personal con una visión tendiente a mejorar la calidad del ministerio, así como también practicar la buena administración de los recursos y el empleo de consejos y comisiones conjuntos.
Al aprobar estas sociedades espero que cada grupo incluya en su planificación conjunta algunos objetivos que sean comunes para todos, tales como la provisión de formación de fe para toda la vida, coordinación de los horarios de las misas y apoyo para las escuelas católicas de la localidad. También espero que los socios descubran nuevas formas para promover las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, y que emprendan programas nuevos y creativos para la evangelización.
Además de los objetivos que son comunes en todas las sociedades, cada grupo ha recibido recomendaciones específicas de la Comisión de planificación que yo mismo he aprobado.
Conectados en el Espíritu exhorta a todas las parroquias del centro y del sur de Indiana para que compartan sus recursos por el bien de la misión de la Iglesia que el Señor mismo nos ha confiado a través del poder del Espíritu Santo. En medio del dolor que siempre viene con el cambio, es importante que reconozcamos las señales evidentes del surgimiento de una nueva vida en nuestro seno. Invito a todos los católicos a que se alegren conmigo con la noticia de que durante la Pascua el Señor llamó a casi 1,000 personas para que pasaran a formar parte de la Iglesia, a través del bautismo o de la profesión de fe.
Conectados en el Espíritu no representa un esfuerzo por recortar un negocio para mantenerlo a flote, sino la búsqueda de la voluntad de Dios que nos guiará hacia un discipulado aún más fiel para nuestro Señor Resucitado. †
Traducido por: Daniela Guanipa